BIENVENIDOS A LA AVENTURA ....AL GOLPE DEL PEDAL POR AMÉRICA.

Apuntes de humor…

Si cruzáis a un ciclista en una bicicleta cargada, el aire inquisidor y los rasgos tirados, por favor invíteselo. No hay que preguntarlo si se siente cansado; lo es. Si le puede proponer un baño caldo, una buena comida y los servicios de una arandela. Ninguna duda que en cambio, compartiréis con él los momentos del viaje.

Deseé cuenta que en Francia, la gente da mucho dinero para amontonarse en las autovias donde no se ve nada. Se va de vacaciones. En bicicleta, desde el primero kilómetro se siente de vacaciones. ¿Atravesar Francia? Cada persona capaz es ir andando puede hacerlo. Todos los que intentaron lo cuentan con el deseo de irse de nuevo.

En lo que se refiere a deporte o a aventura. El avión no tiene nada que ver con el viaje. Borra la distancia, la roba. Cuando se toma el avión, se mueve, pero eso no se llama viajar.

A bicicleta, se impregna de los paisajes que desfilan lentamente. Se disfruta del salir y del ponerse del sol, se siente el fresco del aire, la humedad y el olor. Es la naturaleza.

No se "alegra" en las comodidades, se pierde al contrario; demasiado alimentados, somos tullidos, y la facilidad solo conduce al aburrimiento. Más el esfuerzo está largo, más me alegro. Cuando viene la hora del descanso, a veces tengo ganas de intentar cosas imposibles.

Cuando se hace una vuelta al mundo, muchas horas se hacen en países pobres. ¿Es eso el desarrollo?

La pobreza no tiene encanto. Priva de higiene, de comida y de asistencia. Dejamos extasiarnos delante de la generosidad de la pobre gente. Cojeemos nosotros un poco de esa generosidad, dando una pequeña parte de nuestra riqueza a los que no tienen nada.

Este hombre de Brasil que volvió a su casa desde Bolivia con una bicicleta sin velocidades, o este chileno que, sin dinero, estaba atravesando el desierto de Atacama, andando, realizan verdaderas marcas deportivas, sin testigos...

Europa está dulce para vivir, pero tan fría... Cuando se vuelve en países desarrollados, los coches se sustituyen a la gente en la calle. Las puertas de las casas se cierran, y el viajero a bicicleta de nuevo es este marginal que sobre todo no hay que acoger en su casa.